viernes, 17 de octubre de 2014

Saludo de Liliany Obando a la UTP: En defensa de la universidad publica y día nacional de los presos políticos

Compañeras y compañeros, en primer lugar quiero expresar mi saludo y agradecimiento a quienes han convocado esta importante jornada, un saludo a la Fundación de Solidaridad y Defensa de la Población Carcelaria de Colombia JUAN DAVID PINEDA CARDONA y a todas y todos quienes hoy están aquí presentes, en especial a las y los estudiantes de la Universidad Tecnológica de Pereira.

Mi nombre es Liliany Obando, socióloga de la Universidad Nacional de Colombia, defensora   de   derechos   humanos,   opositora   política   y   prisionera   política colombiana. Para mí es un verdadero honor estar hoy entre ustedes, en esta otra forma de estar, en esta universidad y en este día en el que se conmemora el Día Nacional de las Prisioneras y Prisioneros Políticos colombianos. Y digo que es un honor, porque para nosotros las y los prisioneros políticos es  de  suma importancia toda posibilidad de saltar el muro que contiene sólo nuestros cuerpos y llevar nuestras voces, nuestros pensamientos y nuestros aportes, como diría el Ché Guevara, a aquellos “oídos receptivos”. Y qué lugar más significativo que el Alma Mater.

Nos convocan entonces varios temas muy importantes y que guardan estrecha relación: el qué hacer de la Universidad Pública, la defensa  del  pensamiento crítico y de la libre oposición política y el día Nacional de las Prisioneras y Prisioneros Políticos.

En cuanto al qué hacer de la Universidad Pública, hay que decir que como ciudadanas y ciudadanos y en especial como miembros de la comunidad universitaria, nos asiste el deber y el derecho a defender la Universidad Pública, defender sus más caros valores, la Autonomía Universitaria, la libertad de cátedra y el pensamiento crítico, ese que no admite censuras. Pero también tenemos el deber de cumplir con la misión que le asiste a la Universidad, la de ser la “conciencia crítica de la nación”. Es nuestro deber recuperar para nuestra universidad su esencia senti-pensante, como nos enseñara el profesor Orlando Fals Borda, para que podamos no mirar desde la distancia el sufrimiento humano, sino que podamos sentirlo, conmovernos y comprometernos. Nuestro  papel desde la universidad debe estar con la transformación, con el cambio social. Nuestro deber desde la universidad es aportar en los cimientos de un mejor país justo y en paz.

En nuestras universidades, profesores, estudiantes y trabajadores no hemos estado exentos de la persecución, criminalización, judicialización, tortura y asesinatos, prácticas éstas del Terror de Estado que cobraron especial fuerza en los dos períodos de Alvaro Uribe con  su pretendida guerra al  terror, con  las detenciones y judicializaciones masivas y que ha tenido continuidad en el actual gobierno de Santos con la aberrante práctica de los falsos positivos judiciales.

Hace un mes estábamos conmemorando un año más de la masacre de Mondoñedo, Jeyner Mora Moncaleano, Arquímedes, Juan Carlos  Palacios, Vladimir Zambrano, eran jóvenes estudiantes y militantes de la izquierda que hace 18 años fueron desaparecidos, torturados y asesinados por miembros activos de la Policía Nacional.

También en septiembre pasado se conmemoró una década desde que el Profesor y sociólogo Alfredo Correa de Andreis fuera asesinado a pocas semanas después de que hubiera sido absuelto de un montaje judicial en su contra.

Otros profesores universitarios que permanecieron en prisión víctimas de montajes judiciales son Fredy Julián Cortés, William Javier Díaz y  Francisco Tolosa. Es bien conocido además el caso del profesor Miguel Angel Beltrán, quien después de haber sido absuelto por la justicia penal fue recientemente destituido, sin justa causa  por el Procurador General  de la Nación, Alejandro Ordoñez y vergonzantemente ratificada su destitución por el rector de la universidad nacional Ignacio Mantilla.

Hoy nos encontramos aún privados de la libertad varios profesores y estudiantes bajo esta fatídica práctica de los montajes judiciales, entre ellos tenemos el caso del miembro de la Federación Colombiana de Educadores, FECODE, Omar Alfonso Cómbita y de los estudiantes Carlos Lugo, Omar Marín y Jorge Eliécer Gaitán, miembros de la Federación de Estudiantes Universitarios – FEU. Ellos llevan más de dos años privados de su libertad. También, en el conocido caso  Lebrija, víctimas de un similar montaje judicial se encuentran privados de su libertad los estudiantes Erika Rodríguez y Xiomara Torres, de la Universidad Pedagógica Nacional, Diego Alejandro Ortega, de la Universidad del Valle, Cristian David Leiva, de la Universidad Distrital de Bogotá, y el profesor y egresado de la Universidad Pedagógica Nacional, Carlo Alexander Carrillo.

Pero la persecución se hace extensiva a miembros y líderes de las organizaciones sociales, de organizaciones defensoras de derechos humanos y partidos de oposición democrática y de izquierda, tal es el caso del dirigente agrario Huber Ballesteros y del defensor de derechos humanos y militante de izquierda David Rabelo.

Hoy, al mismo tiempo que se realiza esta jornada en ésta universidad, se hace lo propio en las diferentes cárceles y penales. Hoy los colectivos de prisioneras y prisioneros políticos realizan una serie de actividades político-culturales para no permitir que la prisión nos aleje de nuestro compromiso y mengue nuestra moral y resistencia. Hoy por eso conmigo están también aquí presentes Jeison, Jairo, Floralba, Caliche, Traslaviña, Adela, Alonso, Jairo, Rubén, Chucho, Doris, René y los demás prisioneras y prisioneros políticos.

Por eso hoy en este espacio el llamado es también a la solidaridad, como una práctica consciente y consecuente, que vaya más allá del discurso y recupere su esencia y praxis humanista. Que no sea demasiado tarde, como en el poema de Bertolt Brecht, que la indiferencia e indolencia no sean parte de nuestra práctica personal y política. Elevemos nuestras voces, aunemos nuestras fuerzas y luchas, juntemos nuestras rebeldías.

Finalmente y en el marco del actual proceso de conversaciones de paz del gobierno con las insurgencias llamamos a la comunidad universitaria en general a romper la indiferencia y exigir sin temor un tratamiento digno y de respeto a los derechos humanos para todas las personas privadas de la libertad y que nos acompañen en la petición de una amnistía e indulto generales para los más de
9.500 prisioneras y prisioneros políticos colombianos.

CALLAR ES UNA FORMA DE MORIR
OLVIDAR ES OTRA FORMA DE MATAR
EL SILENCIO NO ES ALTERNATIVA

POR EL MOVIMIENTO NACIONAL CARCELARIO – VIVA LA HUELGA NACIONAL CARCELARIA DEL 21 Y 22 DE OCTUBRE

¡LIBERTAD PARA TODOS (AS) LOS PRISIONEROS Y PRISIONERAS POLÍTICAS COLOMBIANOS (AS)!

Pintura de Víctor Libertad, ex prisionero político colombiano

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